El Museo Memoria y Tolerancia es un recordatorio de lo
que la humanidad NO debe repetir, además de ser un monumento la diversidad y tolerancia.
Lo irónico es que frente al mismo ocurren marchas que predican otro mensaje que
no tiene nada que ver con tolerancia.
Información general:
Dirección: Av. Juárez 8, Colonia: Centro, Alcaldía: Cuauhtémoc,
C.P: 06010 Ciudad de México. Referencia: Frente al Hemiciclo a Juarez.
Horario: sábado y domingo, de las 10:00AM a 6:00PM.
Transporte cercano:
- Metro: Bellas Artes, Linea 2/Linea 8.
- Metrobus: Bellas Artes, Linea 4 Ruta Norte.
- Trolebús:
- Madero Linea 1 dirección Terminal de autobuses del Norte.
- Independencia Linea 1 dirección Terminal de autobuses del Sur.
Costo de entrada:
- $95.00 al público general
- $75.00 para estudiantes
y maestros con credencial vigente, además de personas mayores de 60 años con
credencial INAPAM.
Antes de entrar al recinto te encuentras con una guía que
te explica brevemente lo que se encuentra en el mismo. El problema es que al
dar el detalle del precio a un señor con su hija (quien no creo que pasara de
los 10 años) le explicó claramente que por lo duro del tema no se recomendaba a
menores de 15 años y que si entraban era bajo su propio riesgo.
La niña dijo que no quería entrar, aunque desconozco si el tipo respiró porque
no tendría que explicarle a su hija todo lo relacionado al museo o por lo caro
que resultaría… supongo que lo segundo.
El recinto consta de 5 pisos, de los cuales 3 pisos se
usan como exposición principal, otro piso es para exposiciones temporales y el
quinto para cafetería, mientras que la planta baja es para la tienda del museo.
También cuenta con la Isla MYT Sésamo, patrocinada por Plaza Sésamo, pero por
el momento no se encuentra disponible.
Al entrar te revisan para evitar que metas productos peligrosos a través
de un escáner de rayos X, igual que los que se encuentran en los
aeropuertos. Después avanzas con una señorita para que aplique las medidas
preventivas anti covid-19 y te explican que la exposición empieza desde el
quinto piso, por lo que te guían hacia un elevador. Una vez arriba hay otra guía
que te pide el boleto y te explica que la salida se encuentra al final del
recorrido… como quien dice no puedes volver por donde entraste.
El recorrido empieza con un video explicando brevemente lo que ha hecho la humanidad en contra de sí misma solo por las diferencias que nos separan y por ideas absurdas como la superioridad ante otros seres humanos. Una vez terminado el video empezamos con el recorrido con el holocausto y todo lo relacionado al mismo… el cual, sin afán de mentir, se lleva la mayor parte de todo el museo.
Históricamente hablando empiezas con el final de la
Primera Guerra Mundial y el hecho de que Alemania terminó política y
económicamente mal parada. Entrando en escena Adolfo Hitler en 1919 y avanzando
hasta ser el dictador que conocemos hoy en día a través de su propaganda nazi.
Conforme vas avanzando comprendes por qué la guía de la
entrada dijo que no era apto para menores de 15 años, la temática es bastante
cruda… aunque es más informativa que cruda. No solo te explican los principios
del nazismo y su absurda idea de la superioridad racial, sino que te dan a
entender que eran bastante ignorantes al creer, por ejemplo, que el judaísmo se
trataba de una raza y no una creencia religiosa.
También tenían sus métodos para identificar quienes eran
de raza aria al usar herramientas
de medición, además de exterminar a los
recién nacidos que tuvieran defectos de nacimiento… práctica que también se
llevó a cabo durante la época prehispánica, esto con el fin de no perpetuar generaciones
con defectos.
Llega un punto en el recorrido donde empiezan a explicar el exterminio, en este caso se llevaban a la gente a locaciones alejadas de la civilización, donde los condenados excavaban las fosas donde serían arrojados, una vez hecho el trabajo solo era cuestión de colocarlos frente a la fosa, apretar el gatillo y la física hacía el resto. El detalle con esto es que requería de mucho tiempo y dinero, por lo que los miembros del partido nazi se reunieron y determinaron la llamada “solución final”: los campos de concentración o campos de exterminio.
Para alguien susceptible a estos temas en este punto de
la exposición podría sentir lástima, pena, coraje, impotencia e incluso hubiera
llorado por la crueldad con la que trataron a los judíos. Pero por lo que vi a
algunos visitantes les era indiferente o inclusive pasaban de largo algunas
partes del recorrido… incluyéndome.
No es que quisiera hacer menos el recorrido, pero llegas a un punto donde crees
que es demasiada información… misma que te enseñan en la escuela y, aunque es
más detallada, al final es información que ya conocemos.
Esta parte del recorrido termina con la caída de la
Alemania nazi en 1945 así como de sus líderes. Los más importantes como Adolfo
Hitler, Joseph Goebbels, Heinrich Himmler entre otros más se suicidaron antes
de enfrentar un juicio, mientras otros de sus miembros fueron enjuiciados,
encarcelados y en algunos casos,
ejecutados.
En este punto del recorrido terminas fastidiado por toda
la información sobre el holocausto, por lo que el resto del recorrido no se
aprecia tanto como al principio. Por otro lado el resto de la sección “memoria”
es más breve al presentar salas con otros genocidios poco conocidos, como el genocidio
Armenio, el genocidio de Ruanda, el genocidio guatemalteco (o maya), e
inclusive el conflicto en Darfur, el cual es más reciente. Desgraciadamente la
información presentada no es tan amplia a comparación del holocausto. Por lo
que puede pasar sin pena ni gloria.
Al final de esta parte del recorrido entiendes que la
mayoría de estos genocidios son causados por ignorancia, poder, fines políticos
y/o ideologías raciales. Aunque me hubiera gustado ver otros conflictos como lo
que ocurre en Afganistán con el tema de los talibanes.
En cuanto a la sección “tolerancia” es una sala un poco más grande pero
igual de breve que los anteriores genocidios.
No solo te dan una breve explicación de lo que es la tolerancia, sino que te
muestran la diversidad cultural y racial, además del problema de la
discriminación y desigualdad, ya sea por ser mujer, por raza (negro, indio,
aborigen) por ser anciano, por preferencias sexuales, por discapacidad, etc.
Aunque hay un apartado para redes sociales no se expone el tema de manera
amplia, mientras tenemos problemas con la intolerancia y la censura solo se
limitaron a las noticias falsas.
La exposición (y el museo) termina con un muro con los derechos humanos
y un homenaje a aquellos activistas que lucharon por la libertad y la
intolerancia, como Mahatma Gandhi, Martin Luther King, la Madre Teresa de
Calcuta, entre otros.
Como dije anteriormente, uno de los pisos se utiliza para exposiciones temporales, y en ese momento había 2: Los problemas de la contaminación y los problemas a los que se enfrenta la comunidad LGTB+. El inconveniente es que solo la exposición de la contaminación se incluye con en la entrada general, la otra hay que pagar para acceder a ella (alrededor de $30.00). Supongo que se dieron cuenta que el dinero gay es muy valioso y por eso prefieren cobrar a parte, en lugar de ser como otros recintos (como cierto hotel en Puerto Vallarta) donde no aceptan parejas del mismo sexo.
¿Qué puedo decir del Museo Memoria y Tolerancia?
Para empezar debería llamarse “Museo del Holocausto Judío y otros genocidios”, ya
que es lo que se lleva más del recorrido. En cuanto a la tolerancia solo hubo una
explicación muy breve, la cual no parece que te motive a cambiar tus ideas y
dejar de ser una persona discriminante, pero agradezco que no traten de imponer
una idea, en lugar de cómo lo hacen en las redes sociales (como que te impongan el llamado “lenguaje inclusivo”).
¿Vale la pena visitarlo?
Para quien le guste la historia universal (en especial todo lo relacionado a la
Alemania nazi), si. Poder ver los instrumentos, armamentos, ropa y otros
detalles (como el vagón) te acerca más a ese periodo histórico.
Para matar el tiempo un día en el centro histórico está bien, pero hay mejores
opciones alrededor.
Para llevar niños y conocerlo definitivamente no. Ya que aquí hay de 2 sopas: o
se trauman con lo fuerte del tema o simplemente se aburren. Es mejor esperar a
que traigan de vuelta la Isla MYT Sésamo para que valga la pena la visita.
¿Lo volverías a visitar?
No, fue interesante conocerlo. Pero, a menos de que cambien el recorrido y
amplíen y mejoren la información de las otras salas sería más conveniente leer
sobre la Segunda Guerra Mundial por otros medios.
Con este museo empiezo a llenar mi pasaporte, ahora a
juntar los demás sellos…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario